Nuestros Desafíos
Visión
Misión
Interacción de las líneas temáticas estratégicas
La línea estratégica de democracia, esfera pública y ciudadanía y la de cuidado de la vida están interrelacionadas de diversa manera: por una parte, mediante el ejercicio democrático de ciudadanía y la promoción del diálogo en la esfera pública se contribuye al reconocimiento y la valoración del cuidado de la vida y la corresponsabilidad en los ámbitos familiares, sociales y públicos; por otra, el reconocimiento del cuidado de la vida contribuye a la creación de condiciones favorables para que las personas, sujetas de derechos y obligaciones ciudadanas, ejerzan efectivamente su ciudadanía, asumiendo un rol de agentes de cambio en entornos concretos. La interrelación con la línea de género, proyecta un ejercicio ciudadano equitativo respecto a derechos y responsabilidades, sin discriminación por razones de género.
Con relación a la línea de territorio y medio ambiente, el ejercicio democrático y efectivo de la ciudadanía incentiva el desarrollo de iniciativas para el cuidado del medio ambiente y el cumplimiento de buenas prácticas ambientales; así como el emprendimiento de acciones para mejorar o solucionar problemas concretos.
El cuidado de la vida toma en cuenta el entorno material e inmaterial de las relaciones interpersonales; donde se asumen roles y responsabilidades para generar coordinación entre actores en el cuidado del otro y del medioambiente.
Nuestra apuesta estratégica
CIUDADANÍA sostiene su práctica pública, como método de afirmación del papel que tienen las personas y las comunidades, para alcanzar una sociedad más justa, responsable y sostenible.
En una dimensión estratégica, nuestra organización considera que la democracia, la esfera pública y la ciudadanía son conceptos claves para su trabajo institucional.
1.- Sustentan nuestro propósito de promover y practicar el ejercicio de una ciudadanía activa, basada en la interacción entre la titularidad de derechos de las personas y su acción responsable, indispensable para su defensa y para el cuidado de los bienes comunes.
2.- Conforman el núcleo que proyecta nuestras acciones que se plasman en diversos ámbitos de acción ciudadana y establecen sus líneas estratégicas.
La institución trabaja sobre ciudadanía democrática en la esfera pública, y lo que se hace en los otros ámbitos, proyectados en líneas temáticas estratégicas de acción institucional, está interrelacionado a la comprensión de ciudadanía que manifiesta, con claridad, su dimensión identitaria.
Líneas temáticas estratégicas
Democracia y ciudadanía
La práctica ciudadana, en el marco de la democracia como forma de organización legal y política, reconoce la igualdad de los individuos y se ejerce en la esfera pública como ámbito idóneo para el ejercicio efectivo de ciudadanía.
La línea estratégica de democracia, esfera pública y ciudadanía articula tres asuntos específicos:
- La cultura política, entendida como los valores y las actitudes que tienen las/os ciudadanas/os hacia la política, hacia otras/os ciudadanas/os y hacia las instituciones democráticas;
- Las distintas manifestaciones de la práctica ciudadana, que pasan por el ejercicio de derechos y responsabilidades puntuales (por ejemplo, la ciudadanía ambiental);
- La equidad que tiene que ver con el supuesto de igualdad formal sobre el que se basa la democracia y el ejercicio de la ciudadanía (la democracia asume que las/os ciudadanas/os tienen oportunidades similares de participar en las decisiones comunes).
Pese a que, en Bolivia, la persistencia de inequidad problematiza la democracia y la ciudadanía como práctica, favoreciendo condiciones de exclusión de mujeres, indígenas, habitantes de las áreas rurales, y personas en el umbral de pobreza; nuestra institución focaliza su trabajo, priorizando la perspectiva política de la práctica de ciudadanía democrática en la esfera pública como opción para reducir la desigualdad.
Cuidado de la vida
El cuidado de la vida como línea estratégica institucional, supone la interacción de sus dimensiones ética, relacional e institucional; y, por consiguiente, requiere ser abordada desde la perspectiva del trabajo de cuidado, el ejercicio ciudadano y del entorno.
Bajo esta perspectiva, esta línea estratégica entrelaza tareas relacionadas con el fortalecimiento de capacidades, acciones comunicativas innovadoras y procesos de incidencia política desde la sociedad; su contribución consiste en generar condiciones propicias dirigidas a la igualdad en el ejercicio de los derechos y a la práctica responsable del cuidado.
Los valores democráticos orientan los procesos de reivindicación en el espacio público realizado por la sociedad civil, por otro lado, sostienen su legitimidad. Los valores democráticos, como la tolerancia, el respeto, la participación activa en el ejercicio democrático, el cuidado del bien común, la justicia, la confianza, la libertad, la transparencia y la solidaridad son aspectos estrechamente vinculados con el cuidado de la vida y se relacionan con acciones dirigidas en favor de la equidad de género y el medio ambiente y el territorio.
El cuidado de la vida desde la perspectiva de género y la economía feminista supone el tratamiento de las desigualdades, principalmente de aquellas entre hombres y mujeres. El cuidado del entorno desde el enfoque de la corresponsabilidad es fundamental para
garantizar el desarrollo equilibrado de la vida en sus múltiples dimensiones: fortalecer lazos sociedales más justas y sustentables contribuye a afianzar una visión sistémica del mundo.
El cuidado de la vida puede traducirse en una práctica concreta de la ciudadanía que preste atención al bienestar de uno/a mismo/a, del entorno, de los otros y particularmente, de la población más vulnerable.
Territorio y medio ambiente
La línea estratégica de territorio y medio ambiente contribuye a la construcción participativa y colaborativa de nuevos espacios de convivencia sostenibles y responsables con la naturaleza y el medio ambiente. Para lograr este propósito, se trabaja de manera permanente a diferente escala (local, departamental e incluso nacional), junto a múltiples actores y escenarios diversos.
En términos territoriales y ambientales, la ciudadanía representa una alternativa de ejercicio democrático y participativo de derechos y responsabilidades, que demanda la movilización ciudadana activa y efectiva en la toma de decisiones en el espacio público. En esta perspectiva, la ciudadanía activa está orientada a contribuir al bienestar de los seres humanos en su interacción con el medio ambiente, pero también, de la naturaleza.
La agricultura agroecológica, los huertos urbanos y periurbanos, la recuperación del suelo para uso productivo, la recuperación de espacios verdes o el uso sostenible del suelo, son hechos sociales y políticos, que contribuyen a posicionar una agenda pública de problemas urgentes asociados al desarrollo sostenible.
Uno de los objetivos institucionales consiste en promover la construcción de ciudades y comunidades sustentables, a partir del ejercicio efectivo de una ciudadanía responsable.
En esta línea estratégica, la acción directa y continua con diversos actores sociales es fortalecida mediante la generación de conocimiento, a través del relevamiento de datos y la elaboración de información acerca de la percepción, actitud, conocimiento y práctica de ciudadanas y ciudadanos respecto al medio ambiente.
El nuevo conocimiento obtenido está relacionado a los temas que impulsa la línea estratégica de territorio y medio ambiente, focalizada en la dinámica de la interfase periurbana: la agricultura urbana, los sistemas alimentarios sostenibles, el fortalecimiento del tejido social, la alimentación sana y el consumo responsable.
Género
El abordaje de género como línea estratégica prioriza su vinculación con la justicia y los derechos, reorientando su contenido más allá del análisis de las brechas. Se trata más bien, de rescatar el género como aspecto no equivalente a “mujeres”, sino como una relación de poder que puede expresarse también en tensiones creativas y rescate de procesos cotidianos e historias de vida que ya en lo local, muestran la posibilidad de trabajar una visión de ciudadanía que vaya desentrañando los nexos, tensiones y la retroalimentación que se da entre violencias, ejercicio de la corresponsabilidad y lucha contra la opresión.
La ciudadanía de las mujeres en el campo de la acción pública se vincula a la problemática del cuidado y de la corresponsabilidad, definiendo su carácter político como factor que condiciona el ejercicio pleno de derechos y proyectos de vida; así mismo, expone el carácter subordinado asignado al desarrollo social frente una visión economicista y material, que aborda la pobreza desde una respuesta focalizada en el empleo y la reactivación económica. El fortalecimiento de las capacidades de las mujeres para la acción pública mantiene su carácter estratégico.
La transversalidad de género, redimensionada y recontextualizada, se plantea como una estrategia dirigida a contribuir a la justicia social, mediante el conocimiento y la acción pública. Desde la producción de conocimiento, centrándose en el contenido analítico y reflexivo de la problemática, más allá de lo descriptivo; desde la acción pública, superando el énfasis en la brecha y las visiones fragmentadas de la realidad en materia de cuidado, participación, recuperación del territorio e iniciativas productivas, abordando estos aspectos como acontecimientos político-sociales.
¿Qué hacemos?
Producimos conocimiento
Producimos conocimiento, desde la investigación social, como una de las tareas más importantes de la institución y, como la base de sus acciones. La producción de conocimiento está relacionado a procesos sociales y políticos actuales, de relevancia para la región, el país y sus ciudadanos. Los resultados del trabajo de investigación son ampliamente difundidos, en la perspectiva de generar diálogo y debate público.
El Área de Investigación Social es el campo institucional para producir conocimientos. Abarca la investigación de temas y fenómenos sociales relacionados con las líneas temáticas estratégicas, la formulación de propuestas socialmente relevantes, y la formación académica.
Aplicamos conocimiento
Aplicamos conocimiento, desde la investigación y reflexión sobre los procesos económicos, socioculturales, políticos y ambientales, que identifican las condiciones en las que vive la población del país y la región, son un elemento central de las actividades de la institución y el modelo de trabajo es la creación de un círculo virtuoso entre la investigación y la acción pública en la práctica cotidiana institucional.
Trabajamos en la esfera pública
Trabajamos en la esfera pública, con el convencimiento de que constituye el espacio idóneo y ventajoso para la participación ciudadana. En un contexto de déficit democrático, la esfera pública es un espacio donde los ciudadanos tienen la posibilidad de reunirse para discutir diversos temas, manifestando así su acción política que supera la deliberación y el compromiso cívico.
La participación pública de los/as ciudadanos/as adquiere carácter político, en la medida que entiende esta acción como expresión de auténtica democracia. Tal participación ciudadana, para ampliar el campo democrático, requiere información pertinente y consistente para agendar asuntos de interés común. Ningún asunto de interés común cobra vigencia al margen de la esfera pública.
Promovemos ciudadanía activa
Promovemos ciudadanía activa para fortalecer la capacidad de los/as ciudadanos/as de participar en la toma de decisiones que afecta a sus vidas. La ciudadanía activa es una expresión de la política de aquellos que no gobiernan. Este ejercicio efectivo de ciudadanía se sostiene en un equilibrio entre derechos y responsabilidades, donde la acción en la esfera privada y la esfera pública adquieren similar importancia.
La ciudadanía activa constituye una alternativa de reivindicación de derechos que asume responsabilidades, y no se restringen al simple cumplimiento de obligaciones; es una expresión política que rebasa los límites del compromiso cívico.
Centro de conocimientos
CIUDADANÍA ha fortalecido su habilidad organizacional de generación de conocimiento aplicable que, incorporando valor social apropiado, se convierte en un elemento indispensable para mejorar la toma de decisiones. El centro de conocimientos tiene el propósito de exponer el método que emplea nuestra organización para gestionar el conocimiento que produce, y de poner al dominio público toda su contribución a la comprensión de la realidad boliviana.
La gestión de conocimiento en nuestra organización tiene tres facetas concretas:
- La creación de conocimiento y la profundización de temáticas esenciales para enfrentar el futuro común.
- La rutina en la aplicación de técnicas de asimilación y diseminación de conocimientos.
- La construcción de capacidades estratégicas para su puesta en acción.
Elementos de la gestión de conocimiento en nuestra organización
Conocimiento objetivo; repositorio compartido; plataformas de discusión; monitoreo y evaluación de proyectos institucionales; comunidades de práctica; divulgación
Repositorio de la institución: dirigido a facilitar el acceso público a los resultados de nuestro trabajo de investigación, tales como bases de datos (bases de dato expertas), con acceso mediante solicitud aprobada; y, la manifestación concreta de la contribución al conocimiento objetivo mediante publicaciones cuyo contenido se presenta en diagnósticos temáticos, materiales educativos, sistematizaciones, investigaciones exploratorias, investigaciones temáticas y regionales.
Plataformas de discusión: dirigidas a facilitar, sin restricciones de índole organizacional, el trabajo, la interacción y la colaboración en equipos de investigadores para el intercambio y la transferencia de conocimiento; particularmente, en abordajes multidisciplinarios.
Monitoreo y evaluación de proyectos institucionales: dirigidas a la revisión de los procesos internos (y externos) en la gestión de proyectos; se realiza como norma establecida por la organización, para garantizar el cumplimiento y la calidad de los productos de proyecto. En la perspectiva de la gestión de conocimiento, es parte constitutiva de la sistematización, cuyo principal resultado consiste en la identificación de buenas prácticas.
Comunidades de práctica: dirigidas al aprendizaje y la estructuración de conocimiento, a partir de una diversidad de experiencias, para su aplicación y desarrollo.
Divulgación: dirigida, mediante el uso de canales tradicionales y de tecnologías de comunicación en red, a posicionar temas estratégicos y generar apoyo financiero de grupos de interés, sector público y cooperación internacional, para ampliar y profundizar el conocimiento de estos temas.